Sociedad

El Salicornio en “Paraíso Fontanelles”

Días atrás los componentes de la Asociación Cultural “El Salicornio”, por razones de parentesco y sobre todo por amistad, fueron invitados, por D. Ramón Conca de Biar, a tener su institucional reunión mensual en la Casa Rural de su propiedad, conocida como Fontanelles, cita que tuvo lugar, como es tradicional, el último jueves del mes de mayo.
Al llegar al punto de encuentro, para asombro de todos, nos encontramos con una casa solariega de principios de 1900 con habitáculos suficientes para llevar a cabo las labores del campo y espacio para solaz de sus propietarios, debidamente restaurada hasta el mínimo detalle con unos elementos dignos de la época. Mobiliario, utillaje y elementos decorativos sumamente artísticos ambientaban todas y cada una de sus dependencias, pudiendo observar desde cerámicas de Maestre a cuadros de Flor o Pepe Cortés.

En la dependencia destinada a Bar, que en su día fueron las cuadras, sobre sus paredes podían distinguirse todo tipo de útiles de trabajo, desde legones a romanas y todo tipo de peso,s al igual que fuelles de desinfección. Sobre uno de los toneles existentes la magistral mano de nuestro amigo y componente de "El Salicornio" Pedro Marco dejó para la eternidad constancia de nuestra visita.

Transcurrida la visita ampliamente guiada por el propietario D. Ramón Conca y una vez despejados totalmente de nuestro asombro inicial en todos los sentidos, pasamos a un amplio comedor cuya mesa tiene cabida para una treintena de comensales y tras saciar en parte el apetito pasamos a dar cuenta de los temas pendientes en los diversos grupos de “El Salicornio”.

Hablamos de D. Miguel Ibern y su enorme donación para el Museo Municipal. De la situación del Puente de Los Cristales, de las gestiones a realizar con la familia Chapí, de la Sociedad General de Autores y entre comentario y comentario bebiendo un tomillo autóctono de la tierra fue pasando el tiempo, hasta llegar la hora de la despedida.

Al marchar, lo digo por mí personalmente y creo que le ocurrió a más de uno, llevaba en la mente todos y cada uno de los salones y habitáculos de la casa grabados, como también el exterior con su piscina, el palomaret, mini-golf y plantación de plantas autóctonas no faltando el típico molino de aceite o el abrevadero.

Cada palmo de esta Casa Rural, conocida como Fontanelles, es un lugar de asueto y meditación con cabida para más de una veintena de personas. Nos despedimos amigablemente de Ramón dándole las gracias y prometimos repetir en otra ocasión este tipo de visita. Gracias a Ramón Conca hemos conocido casi un paraíso llamado Fontanelles.

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